sábado, 3 de octubre de 2009

Fallos en una exposición oral


Un típico fallo de principiante cuando tenemos que hablar en público consiste en preparar material para doce presentaciones y además querer contarlo.
El miedo suele ser a quedarse sin nada que decir, pero en la práctica eso raramente pasa. El problema normalmente es el contrario y tan malo es pasarse como no llegar. Como te sientes inseguro y calculas mal el tiempo, exageras. Al final te presentas con material no para una exposición sino para un ciclo de conferencias. Eso te llevará a hablar atropelladamente, con lo que tu público te entenderá peor. En un caso extremo, puedes incurrir en la mayor desgracia de un orador: que tengan que retirarte la palabra (por pesado). Por otra parte, la experiencia me dice que las dos terceras partes de ese material suelen ser irrelevantes y solo te servirán para estrellarte. Al final te das cuenta de que has hablado mucho, has aburrido y no has contado nada de lo que tenías que contar.
¿Y cómo hay que hacerlo, entonces? Para empezar, pregúntate de cuánto tiempo dispones y cuánta información podrá asimilar tu público razonablemente. A continuación mete bien la tijera. Sí, ya sé que es duro, que quitar ese apartado sobre la cría del gusano de seda en Asia Menor es como si te cortaran un dedo de la mano, pero no hay más remedio. Tienes que dejar solamente lo que es funcional en esa exposición, o sea, relevante para el tema y de interés para el público. Piensa también que las partes que eliminas no son trabajo perdido, sino que te proporcionarán un conocimiento más amplio que te ayudará a hablar con seguridad e incluso a salir de alguna pregunta comprometida.
Cuando tengas hilvanado el contenido, empieza a ensayar para asegurarte de que te ajustas al tiempo asignado. Ten en cuenta, eso sí, que cuando salgas a la palestra es fácil que te aceleres por los nervios. Pero tienes que prepararte para ello como cuando te pruebas unos pantalones que pueden encoger. No viene mal que tengan un dedito de holgura, pero tampoco te compres dos tallas más.
Y si después de todo esto sigues sin estar seguro, lleva ya preparadas las partes del contenido que puedes eliminar sobre la marcha; no lo dejes a la improvisación.
Buena suerte con esa presentación. Cuando la hayas hecho, pásate por aquí y cuéntanos qué tal te ha ido y si has encontrado un truco que nos pueda servir a todos.

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