martes, 20 de abril de 2010

PREMIO CONCURSO RELATO 1º CICLO ESO





LA LUNA PIANISTA
Era de noche y la Luna, Catalina, como siempre se disponía a salir.
Llevaba su traje blanco y estaba en su fase de luna llena, cosa que a ella le encantaba porque así todo el mundo de la Tierra podría contemplar su belleza.
Una de las cosas que le encantaba a Catalina era contar secretos e historias con sus amigas las estrellas. También jugaba a contarlas, aunque nunca le daba tiempo porque sus amiguitas eran miles, y siempre se hacia de día. También le encantaba contemplar a los niños dormir y escucharlos respirar…aunque su mayor afición ¡era tocar el piano! No hay nada que le gustase más que tocar su bello instrumento. Sus amigas las estrellas dicen entre ellas que toca para los niños. Toca para aquellos niños que no pueden dormir y que tienen pesadillas…
Pero Lorenzo, el Sol, no está nada contento con la música de Catalina, porque lo toca de noche, justo cuando el pobre Lorenzo intenta dormir.

Marta Aguado Rodríguez-Armijo
2º ESO A


Cuando Catalina se fue a dormir Lorenzo se despertó y subió al cielo, dispuesto a dar su mejor luz a todos los habitantes de la Tierra.
Lorenzo ya asomaba sus rayos por entre las montañas más altas de la Tierra, acompañado por sus amigas, las Nubes Blancas.
- ¿Cómo has dormido hoy Lorenzo? – dijo una nube llamada Brisa.
- Pues como siempre, mal. ¡Es que Catalina no ha parado de tocar su piano en toda la noche…! –dijo entre bostezos el Sol.
- Te lo hemos dicho muchas veces, Lorenzo. Tienes que hablar con ella porque cada día tienes más ojeras, y si sigues así me temo que… ¡Tu luz desaparecerá!- Dijo Bruma, la más anciana de las nubes.
- ¡Basta¡ No sigas… Sé que tengo que hablar con ella, pero nunca tengo oportunidad... solo nos vemos en los eclipses y no puedo hablar con ella porque los de este año ya están programados en el calendario lunar.-dijo finalizando con un suspiro.
- ¡Vamos Lorenzo¡ Por eso no hay ningún problema, parecerá un simple fallo de los meteorólogos. – dijo Vientecín un joven nube que escuchaba la conversación.
- Está bien, pero de todas formas, no sabría cómo pedirle que dejase de tocar, yo… no se como tratar a una dama…- dijo cabizbajo Lorenzo.
- Mmmm… Creo que sé como solucionarlo amigo Sol… ¿Conoces a Saturno? Me refiero a Saturno el Planeta.- Dijo Violeta, una de las nubes más bellas del cielo que siempre acompaña al Sol en el atardecer.
- Pues, la verdad, no mucho. Estoy un poco lejos de él y nunca le alumbro demasiado-le respondió.
- Ay, Lorenzo… ¡Es que tienes muy poca vida social¡ Pues para tu información es el planeta más guapo de todo el Sistema Solar, todo un don Juan. Tiene a todas las estrellitas y a las nubes locas, incluida a mí.- dijo sonrojada Violeta.
- Muy bien Violeta, pero de verdad que no entiendo en qué me va a ayudar a mí el tal Saturno este…- dijo completamente perdido.
- Lorenzo, no eres tú muy espabilado que digamos… el caso es que él sí que sabe como tratar a una dama, y si le pides consejo a él, quizás te diga algo que a las damas de la noche, es decir la Luna y las estrellas, les guste, y a lo mejor si le llevas algún regalo que le guste mucho a Catalina, puede ser que le caigas mejor y que al final te comprenda y por fin deje de tocar el piano que a ti tanto te molesta.-dijo Violeta mientras se sonrojaba las mejillas con polvos.


A todas las nubes de la zona les pareció buena idea y todas murmuraban entusiasmadas por la fantástica idea de la nube Violeta.
- Está bien, iré a ver a Saturno y tú Violeta, que al parecer lo conoces muy bien, me acompañarás- dijo Lorenzo decidido por primera vez.
- Debéis iros cuanto antes, Lorenzo ya no puede estar más en este estado…-dijo Bruma – ¡Ah¡ Por cierto tened cuidado con los nubarrones, no os dejarían ver bien, y solo interrumpiría el paso de Lorenzo- finalizó la anciana.
Así pues, Lorenzo y Violeta fueron a ver a Saturno.
Cuando llegaron encontraron al planeta levantando dos pesados meteoritos, para estar más fuerte aún.
Violeta muy entusiasmada le dijo:
- ¡Satur! ¿Me recuerdas ,viejo amigo?- le preguntó
-Vaya, Vaya, mi amiga Violeta, ¡por supuesto que te recuerdo!-respondió el planeta.
-Venimos a pedirte ayuda. Verás, si no hago algo que a Catalina le pueda gustar, perderé mi luz para siempre… ¿Tienes algo que pueda ayudarme?- dijo el Sol.
-Vaya, si que es grave la situación… pero, creo que tengo algo que a las damas de la noche les enloquece… polvo brillante, a ellas lo que más les gusta es brillar y brillar. Llévatelo amigo.- dijo Saturno con una sonrisa.
Se despidió Lorenzo de sus amigos y se fue hacia el oscuro cielo que alumbraba Catalina, todavía un poco dormida.
- ¿Catalina?¡ Hola, soy Lorenzo! ¿podría hablar contigo unos minutos?- susurró Lorenzo.
- ¡Lorenzo! ¿Qué haces aquí?, ¡Hoy no toca eclipse, ni nada de nada!- exclamó la Luna.
- Lo sé, te traigo algo… es polvo, polvo para brillar.
- ¿Polvo? ¿Cómo lo has conseguido?, este polvo es muy valioso… muchas gracias Lorenzo… no… no sé qué decir…-dijo sonrojada.
- Catalina, mira llevó así mucho tiempo, y ya no aguanto más… mi luz desparece por momentos, porque no puedo dormir por culpa de la música de tu piano. Por favor tienes que dejar de tocar…- dijo triste el Sol.
- Pero Lorenzo, eso es terrible, mi piano… yo, yo toco para aquellos niños que no pueden dormir… y sin mi piano, creo que les ocurrirá lo mismo que a ti… no puedo dejar de tocar.-dijo triste.
- Lo entiendo Catalina, pero…
- Espera Lorenzo- le interrumpió- voy a tocar para ti una bonita nana, si la escuchas bien quizás te guste y te entre sueño…
La luna empezó a tocar una canción preciosa, compuesta por ella misma… y después de escucharla durante unos minutos…
-Vaya Catalina tu música es preciosa, no me lo parecía antes porque no la escuchaba con el corazón… pero ahora por fin lo he hecho y es más, te voy a pedir que todas las noches toques para mí… claro si tu quieres…-le dijo sonriendo Lorenzo.
-Claro, tocaré siempre Lorenzo...- le respondió Catalina,
Catalina y Lorenzo se enamoraron, por eso hay eclipses más a menudo… y Catalina, siempre tocó para Lorenzo.
Marta Aguado.
2º ESO A

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