Aquí tenéis la pesadilla de vuestras últimas semanas: Cela y su Colmena.
No podría repetir aquí la totalidad de los halagos que prodigáis a su autor (¡esta novela no tiene argumento!, cuando lleve leídas más páginas... ¿me iré enterando de algo?, ¡cómo me voy a acordar yo de tantos nombres!, ¿y por qué dices que la prohibió la censura...?). Pero me veo en la obligación de, como don Quijote, desfacer entuertos -máxime porque feitos por mí son. Así que, hágase la luz pinchando aquí.
No podría repetir aquí la totalidad de los halagos que prodigáis a su autor (¡esta novela no tiene argumento!, cuando lleve leídas más páginas... ¿me iré enterando de algo?, ¡cómo me voy a acordar yo de tantos nombres!, ¿y por qué dices que la prohibió la censura...?). Pero me veo en la obligación de, como don Quijote, desfacer entuertos -máxime porque feitos por mí son. Así que, hágase la luz pinchando aquí.
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