martes, 12 de marzo de 2013

¿ENTENDEMOS LOS CLÁSICOS?


A menudo no nos gusta la asignatura de Lengua y Literatura porque en ella se estudian obras clásicas cuyo valor no alcanzamos a comprender.

No se puede amar lo que no se conoce...

Para que se pueda amar a Garcilaso o a Cervantes, habría que conocerlos y entenderlos. Y como se sabe que aprendemos el mundo a través de la ANALOGÍA, ahí va la comparación:

Garcilaso:

Sus sonetos y silvas...

¡Oh más dura que mármol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!,
estoy muriendo, y aún la vida temo; 
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay, sin ti, el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno en tal estado,
de ti desamparado,                                 
y de mí mismo yo me corro agora.
¿De un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo
de ella salir un hora?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.     

 
...son lamentos amorosos como este:





Y, algo más burda: El Quijote, dado que Cervantes quería mofarse de lo idelizadas e inverosímiles que eran las novelas de los géneros literarios que eran best seller en su momento, sería hoy como una Spanish Movie.


 
Bonita foto, ¿eh?


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